Los dibujos, acuarelas, tintas y carbón, son el complemento de lo que voy
pintando, igual que el taller de los niños, al vivir todos en “la isla” como yo le
llamo a Don Juan Xido de Abajo, estamos en la misma ensoñación. El año
pasado me dedique a la observación y escucha de la piedra, fue una especie de
llamado, la piedra me conecto a nuestra juventud, ellas son muy antiguas por eso
las vemos muertas, como si viéramos a un árbol a lo lejos, tan lejos que ya no
distinguimos que tiene hojas, solo vemos la masa, pasa igual con las piedras, las
vemos inmóviles, pero están vivas. A su vez me hablo del fuego de adentro de la
tierra, por lo tanto el año pasado entre las piedras que entran por el cosmos, las
que se forman en la tierra y las que vienen de adentro, en conjunto a elementos
como el agua que las calcifica, el viento que ayuda a formarla como el río, o sus
corrientes que las traen de lejos, en fin ahí está todo lo que el año pasado se
manifestó, al final termine un cuadro de gran formato sobre la piedra medicina y
ahí concluye la serie; Éste año entró el campo con mucho fuego, vivimos grandes
cantidades de incendios, La presa Allende se había secado y los lirios, con ella,
los lirios secos, hacían que el fuego se expandiera con facilidad, también toco
que mientras se vaciaba se podía percibir la evaporación. Así que fuimos
testigos: el agua evaporándose y fuego en humo, se mezclaron:
Pronto se llenó la Presa de nuevo y en particular llegaron las aves, ha sido un año
en el que hay movimiento en todas las capas visible e invisibles, hay vuelo.
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